La Generación Z ya está aquí.
Nativos digitales, creativos y emprendedores; la irrupción de la Gen Z al mundo laboral está redefiniendo las reglas de juego como las conocíamos hasta ahora, ¿estás preparad@ para recibirla?
El boom de los datos es un fenómeno que está reconfigurando el mundo tal como lo conocemos. Los conocimientos en ciencias y herramientas de datos ya no están asociados exclusivamente a perfiles de tecnología. Los datos se están transformando en el activo estratégico de las organizaciones del siglo XXI.
Los datos han estado ahí desde el principio de los tiempos. Desde el censo de la población en la época de los Romanos, pasando por el precio de productos básicos como el trigo o la sal, los registros de observaciones astronómicas de las civilizaciones antiguas, los índices de temperatura y fenómenos climáticos registrados en distintas zonas del planeta; hasta los datos que registra un smartwatch sobre calorías quemadas o horas de sueño diarias o la cantidad de fotos que se suben a instagram o la ubicación en tiempo real a través de un GPS. Todos estos no son más que datos.
Si en el siglo XVIII la máquina de vapor y la mecanización revolucionaron la economía industrial, y en el siglo XIX la electricidad y el petróleo impulsaron grandes avances en el transporte y la comunicación con la aparición del auto y el teléfono, el siglo XX trajo consigo la revolución digital, marcando el inicio de la era de la información. El siglo XXI ha generado el auge de los datos, una transformación que está redefiniendo no solo nuestra vida cotidiana, sino también la economía y la tecnología a un ritmo muy acelerado.
El 90% de toda la información de la humanidad se generó en los últimos 2 años. Las primeras revoluciones tomaron décadas en ir apareciendo, lo más probable es que las próximas revoluciones sean cada vez más intangibles y menos espaciadas en el tiempo, dándose a una velocidad casi impensable. Esta revolución está transformando industrias, redefiniendo modelos de negocios y modificando la forma en que vivimos de forma importante. Los grandes volúmenes de datos constituyen lo que se ha denominado como "Big Data", donde los datos sobre individuos, grupos y períodos de tiempo se combinan en grupos más grandes o períodos de tiempo más largos.
De acuerdo a este gráfico publicado por Exploding Topics (2024), en el año 2015 se generaron 15,5 zetabytes de datos en todo el mundo, en el año 2020 64,2 zetabytes y la proyección para el 2025 es de 181 zetabytes. Es decir, que en solo 10 años (entre 2015 y 2025) se proyecta un aumento de un 1067% (aprox) en la generación de datos a nivel global. Suena una cifra casi irreal, pero los números la avalan.
Que el mundo se transforma de manera acelerada, no es novedad para nadie. Pero la velocidad con la que estamos accediendo a nuevos datos, registrando nueva data, está resultando incapaz para nuestro cerebro de procesar la producción y por tanto, la interpretación de estos datos. Un ejemplo de esto es el volumen de información que se genera en redes sociales como Twitter (X) o Facebook. Se generan miles de publicaciones, imágenes, comentarios y videos a cada segundo. Para que una persona pudiera revisar e interpretar todos estos datos en forma manual, le tomaría años sin descanso, ya que a cada minuto se producen alrededor de 500 horas de videos en YouTube y se envían más de 500.000 tuits (Estudio Data Never Sleeps 10.0 de Domo, 2022).
De esta forma los datos se han vuelto esenciales para la toma de decisiones, proyección e innovación en las empresas. Ahora bien, ¿cuál es el activo de los datos? ¿los datos en sí mismos? La respuesta es: no. Los datos por sí solos de nada sirven si no se gestionan, analizan e interpretan de manera adecuada. Hacer las preguntas adecuadas, que indiquen para qué quiero usar los datos, cómo encuentro valor para solucionar problemas y tomar nuevas decisiones. No es casualidad que dentro de los perfiles más demandados en el mercado están los relacionados con las áreas de Datos, como: Data Analyst, Data Engineer, Data Scientist y BI Engineer.
El volúmen de datos y velocidad de su aparición genera interrogantes sobre cómo medirlos, dónde almacenarlos y gestionarlos. A comienzos de los 80s surgieron los centros de datos físicos para albergar servidores y sistemas de almacenamiento, un sistema más bien costoso y poco accesible. Hoy hemos avanzado hacia sistemas Cloud (como GPT, AWS, Azure), los que son de fácil acceso desde cualquier dispositivo con conexión a internet.
Y si de datos estamos hablando, aquí algunos interesantes publicados recientemente:
¿Cuál será la quinta revolución y cuándo vendrá? No lo sabemos, por el momento saber cómo gestionar los datos en las distintas esferas de nuestras vidas (personal, profesional, salud, académica, entre otras) resulta una estrategia -casi- de supervivencia en tiempos de cambios acelerados y vertiginosos. En la misma línea, las empresas que no consideren los datos como un activo estratégico, perderán relevancia y protagonismo en su campo, pudiendo llegar a desaparecer.
No obstante, esta revolución no está exenta de críticas y desafíos en función de la privacidad y el manejo ético de la información. Con la inteligencia artificial y un acceso casi desmedido a los datos, crece también la preocupación por cómo se utilizan y cómo se protege la privacidad de estos datos. Durante los últimos años se han generado algunas iniciativas que apuntan a esto como el GDPR (Reglamento General de Protección de Datos) en Europa y CCPA en el Estado de California, USA. Sin embargo, parecieran no ser suficientes. Como usuarios tenemos que ser conscientes de los riesgos y de las políticas de privacidad de las plataformas que utilizamos.
Nota: mientras leías este artículo, se generaron en promedio 9 millones de gigabytes de datos en el mundo, equivalentes a 6.5 millones de tuits, 4.5 millones de fotos en Instagram y 20 millones de videos en TikTok.
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En la actualidad, trabajar con metodologías ágiles resulta clave para las organizaciones, dado que permite a los equipos ser más flexibles, entregar valor de manera continua, fomentar la colaboración y la transparencia, impulsar la mejora continua y, en última instancia, satisfacer mejor las necesidades y expectativas del cliente. Uno de los roles más importantes en la agilidad es el de Product Owner, dado que permite tener en todo momento una visión clara del producto, priorizar las características de manera efectiva, maximizar el valor entregado, gestionar las expectativas de los stakeholders, resolver conflictos y garantizar la calidad del producto final.
El análisis de datos se ha convertido en un componente esencial para el éxito empresarial, especialmente con la creciente influencia de la inteligencia artificial. La demanda de profesionales en este campo ha aumentado drásticamente. A continuación, proporcionamos un análisis del papel de un Data Scientist, abordando sus características principales, responsabilidades y diferencias con el rol de Analista de Datos. Además, mencionamos el rango de compensación promedio para este tipo de cargos.